jueves, 3 de octubre de 2013

Con el carrito del helao. Las dietas de Caja Navarra (XI). Campana y se acabó.


Ahora sí. Parece que no hay mucho más que rascar en este turbio (pensábamos) asunto de las dietas, las reuniones dobles y los créditos para amiguetes y miembros de la famiglia. La juez ha archivado definitivamente la causa.

Es momento de reconocer el error y pedir disculpas a todos aquellos cuyo honor ha sido mancillado y a quienes no nombraré para no cometer el error de dejarme a nadie y permitir así que mis disculpas se hagan extensivas al conjunto de honrados políticos forales afectados por esta situación tan desagradable, pues yo soy uno de los que no creí en su honestidad hasta que la verdad se ha abierto paso.

“Algunos confunden ética con estética”, ha dicho el ex-presidente navarro. “Se ha llegado a confundir torpeza con corrupción”, ha añadido.

Es lo que tiene no querer afrontar una reforma en profundidad del sistema educativo, que al final los ciudadanos nos volvemos todos gilipollas.

No me queda sino recuperar la canción del gran Krahe, que me dedico a mí mismo y a mis conciudadanos. Por eso: por gilipollas.


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